Por: Víctor Murguía
Desde hace un buen tiempo Pepe Yunes trabajó en distintos frentes para conseguir lo que se hizo oficial la tarde de este viernes: ser el candidato a gobernador de lo que será la alianza opositora en Veracruz.
Lo hizo a su estilo, callado, sin estridencias, pero jugó bien sus cartas y los tiempos políticos. Ahora tiene un reto enorme que es ganarle a Morena con todo lo que eso significa.
Decimos que jugó bien sus cartas y tiempos políticos que pareciera que algunos factores fueron fruto de la fortuna, pero no.
Por decir algo ¿que estuviera abierta la posibilidad de que un hombre fuera candidato a gobernador en Veracruz y no fuera obligatorio postular a una mujer fue suerte?, no. Para cuando trascendió que aquí podía no aplicar lo de la igualdad de género su proyecto ya estaba muy avanzado y eso fue lo que se tomó en cuenta.
Hubo diálogo positivo con las dirigencias del PAN y del PRD. Lo más complicado fue en el PRI, su partido, pues hay algo evidente no desconocido en algunos círculos…
No era de la simpatía de Alejandro Moreno. Estaba lejos de su círculo. Hace algunos meses Alito le habría cerrado completamente el paso, como intentó cerr
árselo Marlon Ramírez estando al frente del PRI estatal, pero el de Perote venció esos obstáculos.
Alito se convenció que Pepe Yunes era la mejor carta del PRI para lo que será la Alianza Opositora que habrá en Veracruz y una vez convencido de eso actuó en consecuencia.
El siguiente paso será aún más difícil: ganarle a Rocío Nahle y todo el aparato que maneja Morena en Veracruz.
Ya se verá si su estrategia le funciona y si vuelve a jugar bien sus cartas. Ya lo dijimos, pero lo repetimos: el triunfo opositor se ve difícil, pero no imposible.